Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 19 de septiembre de 2013

JOSE MANUEL BALLETEROS PASTOR, Córdoba


Canto de esperanza para Ciudad Juárez 

Nunca, nunca podréis engañarnos,
criaturas de lo oscuro,
aunque vivamos solos a solas con la historia:
vuestro poder es nada: un halo sin memoria
que acaba siempre y siempre bajo un inmenso muro.

La última palabra será solo la luz,
porque no hay nada más allá que ser humano.

Nosotros hemos visto
crecer la pura hierba
en donde creíais pisar con vuestra muerte.

Nosotros hemos visto en vuestras torres,
inmensas como cimas,
triunfar la libertad,
pasar al otro lado las aves y las nubes.

Nosotros hemos visto borrarse como espuma
el duro hielo que ahogaba las palabras.

Por eso siempre, siempre, estad seguros,
os perderéis en vuestras nadas,
y allá se pudrirán vuestros futuros.
Nada fuisteis, nada sois, nada seréis:
sólo arena vagando en vuestras venas
y soledades de huesos insepultos.

Por eso nosotros, los hijos de la vida, hermanos míos,
jamás nos moriremos tras la aparente muerte.

No andemos en las noches
pensando que es vana la esperanza.

Solo la vida existe por sí misma.

Estemos donde estemos,
veremos a esos seres
pasar en puro polvo errante como humo.

Nosotros seguiremos
eternamente alzados por la luz.

Por eso, hermanos míos,
Ciudad Juárez es más allá que casas y horizontes:
blanca columna donde la eternidad revive
y volverá la vida a su profundo nombre.

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